José murió infartado en la recámara de su casa mientras su esposa conseguía 30 mil pesos que personal de la ambulancia irregular le pidió para poder atender la emergencia. Desesperada por la condición de su marido llamó a familiares para conseguir el dinero. Antes de lograrlo, frente al personal de la ambulancia, José murió a los 56 años.
Cristina, hoy viuda de José, no era ajena al manejo de emergencias. Conocía los protocolos de atención prehospitalaria pues José fue rescatista del Escuadrón SOS de Socorristas de la Ciudad de México por más de 15 años, por lo que tenía claro que se debe brindar la atención antes de cobrar.
En la Ciudad de México la probabilidad de ser atendido por una ambulancia irregular es del 56 por ciento, es decir, casi seis de cada 10 vehículos.
Cuando en la mañana del domingo 20 de febrero José le pidió a su esposa que llamara a una ambulancia porque se sentía mal, Cristina marcó al 911, pero fue un vehículo de urgencias particular el que llegó a su casa.
N+Focus documentó el sistema por el cual cualquier persona puede comprar una ambulancia, ponerla a trabajar, hacer acuerdos con policías para tener acceso a la información del 911 y poder llegar antes a las emergencias. Esto expone cómo personal no calificado pone en riesgo la salud de los habitantes de la Ciudad de México y además los orilla a pagar sobrecostos.
La ilegalidad en que viven las ambulancias ha derivado en la muerte de pacientes como José.
En la Ciudad de México solo 116 ambulancias públicas (contando como tales las de la Cruz Roja) atienden urgencias, el resto, que son alrededor de 500 pertenecen a instituciones de salud como el IMSS y el Issste pero sirven solo para traslados interhospitalarios. Esto genera que de acuerdo a cifras del gobierno capitalino al menos 300 ambulancias irregulares dominen el territorio.
Como parte de un plan de mejora de las autoridades de la CDMX se hizo una distribución de ambulancias públicas por alcaldía.
Para dar servicio al resto de la población que requiere del uso de una ambulancia están las particulares. De acuerdo con información entregada vía transparencia por la Secretaría de Movilidad hay 71 vehículos de emergencia particulares acreditados. Esto claramente no es suficiente.
La norma de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que debe haber cuatro ambulancias por cada 100 mil habitantes, es decir la Ciudad de México, con más de 9 millones debería tener 360 unidades. Pero tal cifra solo se alcanza al sumar las ambulancias irregulares que operan en la ciudad.
Juan, cuyo nombre fue cambiado para esta publicación por temor a represalias, opera ambulancias. Él asegura que para poder trabajar es necesaria la participación de un policía.
Utiliza la aplicación Zello que funciona como un emisor y transmisor de comunicaciones cortas para estar al tanto de las emergencias. Ahí están en grupos con policías y personal de protección civil que a cambio de un pago dan las alertas de emergencia que les llegan a través de señal cifrada del 911. Ahí escucha diferentes canales, la frecuencia del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y la Cruz Roja, lo que permite que lleguen primero a las emergencias.
Del 2018 a la fecha el gobierno de la ciudad bajó el tiempo de respuesta promedio de 46 a 24 minutos y aumentó de 25 a 40 las ambulancias del ERUM para cada turno. De acuerdo con información del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México, en promedio cada día se registran entre 600 y 700 servicios de ambulancias y motoambulancias en la capital del país.
El 21 de febrero de este año la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció el Programa de Fortalecimiento del Sistema de Ambulancias en la CDMX que entre sus metas tiene bajar el tiempo de espera a 15 minutos y aumentar su flotilla a 65 ambulancias, y la regularización de ambulancias.
A pesar de que las autoridades saquen de circulación las ambulancias, la facilidad para que los operadores sigan exponiendo la vida de los ciudadanos estará al alcance de quien tenga el dinero para comprar otro vehículo y así lucrar con la emergencia.
Un negocio al alcance de todos
A menos de una hora en coche de la Ciudad de México, en un terreno baldío en el municipio de Tecámac, Estado de México, Adán guarda todos los autos que va comprando. Y es que ha encontrado redituable el comprar vehículos usados y después revenderlos. Dentro de su oferta están ambulancias.
El lote de autos se encuentra en un camino de terracería en la periferia de la ciudad. Lo envuelve una barda de ladrillo con portón metálico. Dentro se ven autopartes oxidadas, autos, camionetas, y entre todo eso una ambulancia que terminará funcionando para atender emergencias. Adán quita piedras y una vieja y oxidada facia para ofertar la ambulancia, entre todo eso lo que más se remarca es el logo de la Cruz Roja del Estado de México.
Con número de serie MEX-699 una Econoline Van modelo 1996, la ambulancia tiene un precio de venta de 80 mil pesos con disposición de negociación.
Encontrar esta ambulancia no fue difícil. Basta con entrar a la sección de venta de artículos en Facebook, teclear la palabra “ambulancia” y en segundos la página arroja decenas de resultados que incluso se acomodan con base en la ubicación geográfica del comprador para que este no tenga que desplazarse demasiado.
Adán muestra que la sirena sirve y suena de manera regular. Pero al abrir las puertas se ve el abandono, sin un solo aparato para brindar primeros auxilios ni insumos médicos, una camilla rota, polvo, el asiento desgarrado y la bocina interna casi en el piso dejando ver todos los cables.
Esta no es la primera vez que Adán participa en la venta de ambulancias. Hace un par de meses llevó varias de Toluca a Nezahualcoyotl.
“Tenemos amigos en la Cruz Roja que nos comentaban que no tenían para pagar unos sueldos y nos dijeron échenme la mano, por eso la compramos si no no (...) le comento que me dieron factura de la Cruz Roja y un papel que expide la Cruz Roja para que se pueda emplacar”, dijo Adán al momento de negociar la compra del vehículo.
–Y en precio ¿sería lo último?
–“Pues se la dejaría un poquito más barata, la verdad. Yo la neta nunca he tenido ambulancias, sí las he acarreado y varios amigos que se dedican a vender, una vez traje unas de Toluca, pero de la Dodge, se vendieron muy rápido y estaban bien feas, unas no servían”, decía Adán.
Para adquirir esta ambulancia Adán no pide ningún documento como licencia de conducir ni mucho menos comprobante alguno de que el comprador tenga capacitación médica. Para él es un negocio fácil.
Personal de comunicación de la Cruz Roja dijo a N+Focus que la ambulancia que Adán ofrece fue dada de baja por el consejo directivo en octubre de 2021 y que permaneció en un taller mecánico donde el dueño solicitó comprarla para usar las refacciones y se comprometió a quitar los emblemas y rótulos de la institución, aunque no lo hizo.
Equipar una ambulancia con todo lo que la norma que regula la atención médica prehospitalaria puede costar hasta medio millón de pesos. En principio el vehículo, que debe tener como máximo 10 años de antigüedad, costaría al menos 200 mil pesos.
Lo siguiente serán los medicamentos y soluciones que, además de que deben comprarse periódicamente, podrían sumar unos 20 mil pesos. Lo mismo que los insumos de curación como gasas, sondas, vendas, guantes, catéteres y jeringas que por lo menos suman otros cinco mil pesos.
Fuente: elaboración propia con análisis de tiendas médicas
Además, de acuerdo con la norma, las ambulancias deben estar aseguradas con cobertura amplia para cualquier accidente, tener comprobante de la última verificación vehicular y tarjeta de circulación de la unidad. Los operadores deben contar con constancias que los avalen como personal técnico de atención médica prehospitalaria y el conductor con una licencia tipo E3 vigente (que es la indicada para conducir vehículos especializados).
También requieren de un convenio con alguna empresa encargada de desecho de residuos peligrosos y biológicos.
Las ambulancias legales se pueden diferenciar de las irregulares ya que tienen placas con letras rojas y que empiezan con AM.
De acuerdo con Juan Manuel García Ortegón, coordinador del C5 de la Ciudad de México, el gobierno ha detectado también placas apócrifas y la fiscalía capitalina tiene carpetas de investigación al respecto.
El costo de esta placa, de acuerdo a fuentes que han pagado por ellas, van desde los 20 mil hasta los 40 mil pesos.
Con base en investigaciones de las autoridades se ha detectado la falsificación de placas después de que estas han estado involucradas en accidentes de tránsito.
En diciembre del 2021 ambulancias de la compañía Ángeles White chocaron en la Colonia Roma. Al revisar las placas de las ambulancias involucradas, N+Focus encontró que una de ellas, AM2077, contaba con el registro a nombre del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pero operaba como una ambulancia particular.
Estas ambulancias no son las únicas que han operado así. En los primeros meses de la pandemia en 2020 circularon y atendieron emergencias en la Ciudad de México vehículos particulares con membretes y números de serie del IMSS, aunque con rótulos de compañías privadas a los costados.
Al respecto, el equipo de comunicación social del IMSS aseguró que estas ambulancias no pertenecen al parque vehicular del instituto y que se dieron de baja en años anteriores. En el caso específico de la ambulancia AM2077, que al menos hasta diciembre operaba con registro del IMSS, el instituto dijo que desde julio de 2017 habían dado de baja la placa en la Secretaría de Movilidad capitalina.
Según la ley, la Agencia de Protección Sanitaria (dependiente de la Secretaría de Salud) es la encargada de “llevar a cabo visitas de verificación sanitaria, entendidas estas como diligencias que tienen por objeto comprobar el cumplimiento de las disposiciones legales, reglamentarias y normativas en la materia”.
El nuevo programa de regulación de ambulancias dio seis meses de gracia para regularse de manera voluntaria. Estos terminan el 23 de agosto y ahí comenzarán los operativos para detectarlas y sancionarlas o sacarlas de circulación.
Para Marco Antonio, el operador de ambulancias, sacarlos de circulación solo le dará más trabajo al de por sí colapsado sistema público.
“Han habido operativos y no es de ahorita y el día que se han hecho ha subido la carga de trabajo para las ambulancias de gobierno y obviamente no se han dado abasto, entonces ¿eso qué implica? que no estando el área particular el trabajo de gobierno sube muchísimo”.
Y efectivamente no es la primera vez que el gobierno capitalino pone en marcha medidas para terminar con las ambulancias irregulares.
Pero Victor Valadez, comandante estatal de la Comisión Nacional de Emergencia, explica que desde la primera vez que se empadronó a las ambulancias particulares comenzaron los problemas. Valadez, quien es paramédico voluntario desde hace más de 20 años, cuenta cómo en 1985 nacieron varios grupos de paramédicos voluntarios y que en el año 2000 comenzó el primer intento por hacer un registro.
“Cuando empezó a haber esta reforma, de hacer un padrón de ambulancias, muchos de los vehículos no cumplieron con lo que ellos (las autoridades) querían y entonces muchos voluntarios perdieron la oportunidad y empezaron a buscar la manera de sostener su operación y es ahí cuando empezó a generarse esta situación en las calles, de las ambulancias irregulares”, dijo Valadez en entrevista con N+Focus.
En febrero de 2020, el entonces titular de la Agencia de Protección Sanitaria capitalina, Cuauhtémoc Moreno Alba, anunció que se verificaría, en conjunto con la Secretaría de Seguridad Ciudadana, a los vehículos irregulares.
En esa misma fecha, José Gabriel Ramírez, Subdirector de Coordinación y Desarrollo de Sistemas de Salud, dijo que las ambulancias irregulares aprovechaban el vacío legal y que solo podían ser detenidas por cometer una infracción.
En entrevista con N+Focus, el subsecretario de control de tránsito de la ciudad, Francisco Moreno Montaño, dijo que a partir del 23 de agosto los agentes de tránsito comenzarán en un operativo permanente para detener a las ambulancias que no porten las placas correctas.
“Al traer placas particulares no puede estar rotulada o tener una cromática como vehículo de emergencia, incluso con torreta, incluso con nada audible o visible como debería de tener una ambulancia regularizada”, aseguró Moreno.
Aunque estas solo podrán ser detenidas siempre y cuando no estén activadas las sirenas en señal de que portan una emergencia pues, de acuerdo con Moreno, siempre hay primero que salvaguardar la vida del paciente.
De 2021 a la fecha, la Agencia de Protección Sanitaria ha dado de baja diez ambulancias por no contar con la reglamentación necesaria. Estas han sido descubiertas por haber estado involucradas en incidentes de tránsito, pero no por operativos realizados por el gobierno capitalino.
Viejos acuerdos, nuevos métodos
Una vez que uno compra una ambulancia y le consigue las placas, lo siguiente es saber dónde están los accidentes y enfrentar el próximo reto: ganarle el traslado a las ambulancias públicas. Esto no es difícil ya que, de acuerdo con la Secretaría de Salud capitalina, una ambulancia pública tarda, en promedio, 24 minutos en llegar a un accidente.
Antiguamente las ambulancias podían interferir la radiofrecuencia del 911 y así enterarse de las emergencias o accidentes de la Ciudad de México y con ello poder ganarle a las ambulancias públicas. Sin embargo, en los últimos años el gobierno capitalino cifró la señal, por lo que ya es casi imposible enterarse de esa manera, pero las ambulancias irregulares siguen llegando a los accidentes.
Cristina, la viuda de José es vecina de la alcaldía Benito Juárez, por lo que la ambulancia que debía llegar a su casa era una del ERUM, pero la ambulancia particular que “atendió” a José llegó en 3 minutos junto con una patrulla. Cristina nunca supo si la ambulancia pública llegó en algún momento a su domicilio.
El doctor Javier, quien trabajó por más de 10 años en ambulancias irregulares, explica que la patrulla recibe la llamada de emergencia del 911 y espera unos minutos en atenderla mientras notifica a la ambulancia irregular con la que tenga un acuerdo económico.
“Le llama primero a la ambulancia irregular y a los 5 minutos la pide a su base, porque por obligación la tiene que pedir a su base, pero ya con eso le está dando ventaja para que le gane el servicio a la del ERUM”, y agregó que por cada paciente que las ambulancias irregulares puedan trasladar los oficiales reciben entre 250 y 500 pesos.
Juan, paramédico de una ambulancia irregular que cubre emergencias en calle explicó que además de rentar la frecuencia por la aplicación Zello, hacen acuerdos para que los policías les avisen primero. Ellos se ponen de acuerdo en quedarse de ver en algún punto con un policía y darle un teléfono celular, el otro lo tendrán en la ambulancia y mantendrán una llamada que dure toda la noche.
“Te quedas de ver con él, tú le das el teléfono. Le llamas él te contesta la llamada, te pega el teléfono en radio y tú ya estás escuchando todo lo que va pasando, pero por llamada, o sea, como si trajeras el radio, pero por llamada (...) La otra es que te renta en el radio que el precio tenga pues aquí está el radio de a 500 pesos al día o a la quincena, porque saben que lo sacas sin problemas”, explicó Juan.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana no quiso atender a la solicitud de entrevista respecto a este tema.
14 mil pesos por paciente
Dentro de su experiencia operando ambulancias irregulares, Juan, explicó a N+Focus que hay varios hospitales en la Ciudad de México que pagan por cada paciente que les lleven.
“Bueno, mira, en el hospital que te dan más dinero, pero la verdad si yo digo es un hospital disfrazado de casa, es en el Hospital Cos”, narró.
“Te puede dar hasta 8 mil o 10 mil pesos a lo mucho por uno de la primera prioridad, o sea que va casi muriéndose te da 14. Si llevas un muerto te lo te da los mismos 14, pero haz de cuenta que ellos hacen como que lo entuban que le meten medicamentos que le hacen así ahí como que el show para decirle al familiar sin tubo se le metió tal medicamento se aleja con electro se le hizo esto esto y ya cuando ves la cuenta ya son cientos y miles de pesos”, aseguró.
En 2020 Alain se lesionó mientras hacía ejercicio. El dolor fue tan severo que no le permitió caminar más, por lo que se acostó en el pavimento. Pocos minutos después oficiales de una patrulla se acercaron y le ofrecieron pedir una ambulancia.
En menos de 10 minutos una ambulancia particular de la marca STEM llegó al lugar y le sugirió trasladarlo a, lo que según ellos, era un hospital de especialidad ortopédica en la Colonia Roma, el Hospital de Cos. Por ese trayecto de menos de tres kilómetros Alain tuvo que pagar 7 mil 800 pesos.
A tres días de ser ingresado Alain fue dado de alta, pero aún no podía caminar, por lo que se acercó a otro hospital donde tuvieron que realizarle una cirugía de urgencia ya que, le dijeron los doctores, por el tiempo que había transcurrido ya presentaba un daño medular, hecho que hizo que a dos años del incidente siga en rehabilitación.
Durante toda su estancia en el Hospital de Cos Alain fue atendido por Victor Miguel Frutis Eslava, un médico general. Mientras que el ortopedista Juan Carlos Lara fue quien firmó su alta a pesar de que, de acuerdo con Alain, nunca lo trató. Frutis, además de ser doctor del Hospital de Cos es director general de las ambulancias Medical One con las que la clínica comparte dirección. Mientras que Lara es el director médico de las mismas.
Juan Carlos Lara es también médico a bordo de los cóndores, las ambulancias aéreas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Lara también es encargado de capacitar al personal técnico a bordo de las mismas.
Además, quien por años fue médico y posteriormente jefe de urgencias en el Hospital de Cos, Eduardo Valenzuela, fue a su vez subdirector de servicios de salud de la alcaldía Magdalena Contreras. Actualmente Lara y Valenzuela continúan operando en conjunto en el Hospital de Cos. Valenzuela, por su parte, es director de la clínica de la mujer Hermila Galindo de la Secretaría de Salud.
Sobre el proceso que enfrenta el Dr. Lara por mala praxis en el caso de Alain, la Secretaría de Seguridad Ciudadana informó que hasta el momento no existe sentencia del caso y agregó que el Dr. Lara cuenta con una especialidad en ortopedía y más de 28 años de experiencia además de ser uno de los responsables de capacitar y adiestrar al personal técnico de aeromedicina, “quien ha mantenido una actuación y desempeño siempre en apego a los lineamientos y normatividad establecida”.
Mientras que sobre Valenzuela, la Secretaría de Salud aseguró que investigará el caso y en caso de detectar irregularidades relacionadas con su cargo lo sancionará.
Alain, a dos años y medio del accidente continúa con su proceso de demanda en contra del Hospital de Cos por negligencia médica y mala praxis.
N+Focus encontró que el Hospital de Cos tiene al menos 28 procesos legales más en su contra en diferentes juzgados. Pero como es una constante, no todos denuncian.
En el primer año de la pandemia la familia de Fabiola pidió al 911 una ambulancia para su abuela. A los pocos minutos de la llamada una ambulancia particular llegó a su domicilio. Como en aquel momento la ciudad estaba en pico de contagios de Covid, los operadores del vehículo dijeron a la familia que no podían trasladarla a un hospital del IMSS ya que todos estaban llenos, así que sugirieron llevarla al Hospital de Cos.
Al llegar a este, la conectaron a un monitor, pero no le dieron un solo medicamento para regular la presión -que era una de las razones por las que se pidió la ambulancia- por lo que en las seis horas que estuvo internada su presión solo subió cada vez más. La familia desesperada decidió trasladarla a otro sanatorio, pero para salir, el hospital exigió el pago de 34 mil pesos.
Como la condición de la paciente era delicada, debía ser llevada en ambulancia una vez más y personal del Hospital de Cos sugirió e hizo la gestión de un servicio de traslado “más barato”.
Al llegar a un hospital del Seguro Social los doctores dijeron a la familia de Fabiola que la paciente tenía un coágulo en el cerebro, pero como no se había atendido correctamente en las primeras horas ya no había mucho que hacer. Un par de días después la paciente murió.
Judith Corona fue también víctima de una ambulancia irregular que en marzo de este año trasladó a su hija luego de sufrir cuatro ataques epilépticos. La ambulancia fue pedida al 911, donde se le indicó a la familia que el servicio sería gratuito, sin embargo, junto con una patrulla llegaron dos ambulancias particulares al incidente. Daniela, hija de Judtih fue llevada al Hospital de Cos donde en cinco horas internada no le hicieron más que estudios de laboratorio y la cuenta fue de 24 mil pesos.
N+Focus consultó al director administrativo del Hospital de Cos, Arturo González, sobre las irregularidades denunciadas por pacientes a lo que respondió que las denuncias por mala praxis las ve la Comisión de Arbitraje Médico y que él únicamente veía lo relativo a facturas y cobros. Cuestionado sobre las denuncias de pacientes que el hospital aceptaba a pesar de haber sido ingresados sin vida, González dijo que eso era absolutamente falso.
En entrevista con N+Focus, la secretaria de salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, reconoció la colusión entre ambulancias irregulares y hospitales y aseguró que tratarán de combatirlo.
Un negocio tan fácil como redituable
De acuerdo con el doctor Javier, operar una ambulancia particular es tan sencillo como redituable ya que si se suma el costo del traslado más la “comisión” que el hospital da, la cantidad asciende a miles de pesos.
Juan coincide en que se trata de un negocio redituable, pero siempre y cuando lo sepas manejar y tengas a un policía que opere en conjunto.
“Yo siempre he dicho que si no tienes un radio y no tienes un buen policía, no vas a generar bien, pero si tienes un buen radio y un buen policía, vas a generar muy bien”.
En la presentación del Programa Fortalecimiento del Sistema de Ambulancias, de febrero pasado, la jefa de Gobierno dijo que pretende terminar con las malas prácticas de las ambulancias irregulares. El plan incluye la idea de meter en regla las ambulancias que actualmente operan en la ilegalidad, pero la meta es no hacerlo de manera coercitiva, sino invitando a quienes tienen una ambulancia fuera de regla a acercarse a las instancias públicas para regularizarse.
Hoy, Cristina lleva casi dos meses viuda de quien fue un paramédico y rescatista, la abuela de Fabiola falleció hace más de un año y Alain sigue en rehabilitación luego de padecer el maltrato de ambulancias irregulares, su demanda sigue sin sentencia.
La falta de acciones del gobierno ha permitido la colusión entre operadores de ambulancias irregulares, patrulleros y hospitales particulares. Nada de esto se contempla en el nuevo reglamento, por lo que los particulares podrán seguir lucrando con la emergencia.
Para quien lleva más de 20 años atendiendo emergencias en la Ciudad de México, el voluntario Víctor Valadez, la situación con las ambulancias irregulares no se resolverá de un día para otro. Le ha tocado que no lo dejen atender emergencias porque los patrulleros que llegan primero le piden dinero y cuando él se niega, prefieren darle el acceso a quienes sí pagan.
Para Valadez si no te inmiscuyes en la corrupción no hay manera de ni siquiera enterarte de las emergencias.