Entre las beneficiarias están 19 internas de Sonora a las que un año antes se les negó el traslado
voluntario de vuelta a su estado. La jueza desestimó la falta de convenios entre la federación y los
estados y obligó a las cárceles estatales a recibirlas pese a su negativa por sobrecupo.
Hermosillo fue una de las prisiones que se opuso a recibirlas. Con una población de 513 internas en
el área femenil, sigue siendo la cárcel más sobrepoblada de las 13 que hay en Sonora. Ese penal no
tiene médico los viernes por la noche y solo 6 mujeres tienen trabajo remunerado.
El CERESO femenil de Nogales no tiene especialistas ni enfermeras y su único médico general trabaja
las tardes de lunes a viernes. Ciudad Obregón no tiene dentistas. A nivel estatal, solo 34 mujeres
privadas de la libertad tienen un empleo remunerado, principalmente en la maquila de uniformes, con
salarios de entre 3 y 5 mil pesos mensuales.
Tres meses después del traslado, una de las sonorenses ganó un litigio que había comenzado en febrero
y logró que se ordenara al CEFERESO 16 transmitir a la Secretaría de Seguridad y Protección
Ciudadana su petición de convenir traslados hacia prisiones estatales con el gobierno de Sonora.
Verónica ya no formó parte de este grupo. Salió del CEFERESO en junio de 2024, tras cumplir dos años
en prisión preventiva oficiosa sin sentencia. Desde entonces, acude periódicamente a firmar a un
juzgado federal de Sonora. Su juicio oral comenzó en febrero, cuatro años después de su
detención.
Hasta junio de 2025, el CEFERESO había devuelto a 242 internas a los estados de México, Chihuahua,
Guerrero, San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila, Ciudad de México, Hidalgo, Puebla, Veracruz,
Quintana Roo, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Aguascalientes, Tabasco, Querétaro, Tamaulipas,
Chiapas, Zacatecas y Tlaxcala.
Ante la jueza y representantes del CEFERESO 16, internas de Sonora y Estado de México explicaron por
qué querían su traslado.